Observando con admiración y maravillado,
cómo manipulabas los elementos.
Creando magníficas expresiones del viento
y las mareas…
Las nubes te obedecían
formando figuras tenues que inspiraban la imaginación
para hallarles múltiples formas.
A la par,
miraba otros dioses competir contigo y entre ellos
sopesando sus aptitudes para prenderte …
Armonía, te llamaban todos.
En mi mente se posaban tus ojos más que en la de ellos,
y entre ellos no había más privilegio y honra…
El saberme invitado único de tu pensamiento, y amanecer y anochecer contigo aún, hallándome en otro universo...
Ellos sabían de mi elección de ti…
Sonreían y a aun de mis altozanos conquistados, me decían,
- Te deseamos lo mejor -
Yo les contestaba incluyéndote en mi mente
– Yo también –
Melodía… Te llamaban todos…
Le preguntaba a veces
- ¿Porqué puedo elevarme hasta tu sima sin flaquear ni disminuir mi vitalidad espiritual?-
… Sonreías…
Cerrabas con ternura tu mente… -Lo sabrás mañana-….
–Pero, mañana ya no estaremos en este hermoso lugar-…
Nada de esto echaré de menos,
ni que nos traslades de una montaña a otra,
o esta maravilla que logras convertir en música los sonidos del mar..
Ni el echo de que con tu sólo pensamiento me ayudes a hacer lo que no logré aun con todo mi esfuerzo en este lugar….
Volar…
Nada hecharé de menos, porque todo lollevaré conmigo...
En tu sabiduría, ahora sé que todo esto lo implantaste en mí,
para no ser aniquilado en le siguiente realidad...
Diosa de los Vientos, le llamaban todos...
Me miraban con recelo los dioses de más logros que yo,
por lo mismo que yo no comprendía…
Mas no me afectaba.
Yo hice todo cuanto pude para lograr el más alto grado de inteligencia que espiritualmente se podía…
Y …Tú, me elevabas a una dicha y felicidad ni por ellos conocida.
Divina, te llamaban todos…
- Tengo sed- Te dije un día…
Tú, uniste tus manos en forma de un crisol
y de ellas hiciste brotar agua…
Me incliné sonriendo y maravillado,
bebí el más exquisito líquido que había bebido desde la antigua eternidad…
Me levanté de pronto…
En tus ojos brillaba un diamante líquido…
-¿Lloras?...
– Nunca olvides este momento – Dijiste
- Es un punto de referencia en el mapa que nos guiará hacia nosotros mismos - Jamás lo olvidaré…
Está hecho, puedo confirmártelo desde ya….
No lo olvidé durante la etapa temporal de esta eternidad.
– Lo sé – Respondiste...
- Confío y he confiado en ti, mas aún, he usado uno de mis sellos…
Sellé en tu mente, corazón y espíritu este momento…
Sublime te llamaban todos…
Desde las eternidades antiguas…
Yo,
yo te llamo Mía.
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